Debo confesar que me sigue dando cabanga:
Ya no andar  de la mano y sentirme poderosa e indefensa mientras vos robabas  años de juventud.
Ver esa ventana y no  hablarte.
Esperar que se ponga el semáforo sin  tener mi boca babeada
Fantasear con tus diez años como con tus diez dedos.
Verte como el gigante de mi cuento de niña.

Me sigue dando cabanga tú diarrea sexual.